Alto a la violencia contra la Iglesia en México

Por Seguridad y Justicia · México DF, México · 30/01/2015


Martes 28. Como cada día, Mons. Enrique Ruiz Delgado celebra su misa matutina. De repente, a eso de las 7:20 am, apenas iniciada la misa, entran en la iglesia de Fátima (Apizaco, diócesis de Tlaxcala) un grupo de entre 6 y 8 delincuentes. Primero asaltan a los feligreses y después se dirigen al clérigo pidiéndole las cosas de valor. Como no había nada, le golpearon y le quitaron sus pertenencias. ¿Resultado? Una costilla rota.

Desgraciadamente no es caso aislado. Los ataques y las profanaciones se han multiplicado. La catedral de Hermosillo ha sufrido dos asaltos sacrílegos en el último mes a la que hay que sumar el ataque a la catedral de tabasco.

Los obispos ya han elevado su queja:

“Las connotaciones de lo sucedido manifiestan intolerancia y un triste desprecio al derecho humano fundamental de libertad de religión (…) pedimos por la conversión de quienes han cometido estos hechos sacrílegos”

En la madrugada del 20 de enero, la catedral de Nuestra Señora de la Asunción (Hermosillo, Sonora) sufrió un ataque sacrílego. Unos vándalos entraron en el templo abriendo un boquete en la puerta de hierro, abrieron el Sagrario, tiraron por el suelo al Santísimo y dañaron las imágenes del templo. Arrojaron al suelo la imagen de la Virgen de Guadalupe y le quitaron la corona a la Virgen del Perpetuo Socorro.

Así se expresaba el P. Marcelino León:

“Cosas muy feas. Un desastre hicieron en toda la Catedral. Hay que hacer de verdad oración para parar estas atrocidades”

Por su parte, el arzobispo José Ulises Macías Salcedo explicaba:

"Algunas imágenes están volteadas, las pusieron de espaldas, el sagrario lo abrieron (…) el Santísimo, bendito sea Dios, no se lo llevaron, pero sí está fuera del sagrario, estaba caído".

Todo esto se suma al ataque sacrílego en Tabasco. En la madrugada del 24 de enero unas personas destrozaron la puerta su catedral, tiraron al Santísimo, robaron la corona de San José y las alcancías y golpearon y rompieron al Cristo

Por todo ello, el Episcopado Mexicano reclama que las autoridades tomen cartas en el asunto:

"En una sociedad plural como la nuestra -indican- es indispensable comprender que el derecho a la libertad de pensamiento y expresión, al igual que en el caso del derecho de libertad de religión, conlleva el deber del Estado de hacerlos realmente efectivos en todos los ámbitos sociales y culturales, además de la obligación que tenemos todos de respetar los derechos de los demás (…) Confiamos que las autoridades civiles harán lo posible para dar con los culpables y sancionarlos conforme al derecho, a fin de asegurar a todos una convivencia pacífica”.

¿Quieres sumarte a nuestros obispos? Escribe al secretario de gobernación, Miguel Ángel Osoro Chong, y reclama Seguridad y Justicia. Tu mensaje llegará en copia al Presidente Peña Nieto y al procurador de la República, Jesús Murillo.

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