La Virgen de Guadalupe y la liberación de Alepo




La Hermana Guadalupe en el programa “Tras las huellas del Nazareno”

Publicado el 08/05/2017
Los barrios cristianos blanco de batalla


Publicado el 26/04/2017

Su regreso a la Alepo libre – Los que más sufren son los niños




“Las personas que viven la guerra en Alepo solo quieren que dejen de apoyar a los rebeldes”


Apenas supera los 40 años. Entró a la Vida Religiosa a los 18 y vive para misionar. Tuvo tareas en zonas de conflicto. Estuvo en Belén, Palestina y hace apenas dos años salió de Alepo, la segunda ciudad más grande de Siria que sufre ataques y bombardeos por parte de grupos rebeldes. Esta mujer es María de Guadalupe Rodrigo, argentina, nacida en Villa Mercedes, San Luis. A los 23 fue destinada a la misión, tarea que estuvo desarrollando los últimos 20 años. Hasta hace dos años estuvo en Alepo, Siria. Allí vivió la invasión y lo que implicó para el pueblo católico y musulmán. De visita en Salta, contó sus vivencias.
– ¿Cómo fue su experiencia en Siria?
Estuve allá muchos años, especialmente desde el comienzo del conflicto y es por eso que puedo testimoniar lo vivido. Estuve 5 años en Siria y por razones particulares fui retirada de allá. Sin embargo, estuve todo 2011, que fue el inicio del conflicto. Pude vivir cómo era antes del comienzo de este desastre en la ciudad de Alepo.
– ¿Cuándo regresó de Alepo?
Hace dos años que estoy acá. Regresé a Alepo por un corto tiempo. En febrero estuve allí junto a las hermanas de la comunidad del Verbo Encarnado que siguen allí. No estoy en forma permanente pero me mantengo en contacto.
– ¿Había estado antes en alguna zona de conflicto como Alepo?
No. Estuve en Belén donde aprendí a hablar árabe y, si bien viví algunas situaciones de la Intifada o los conflictos entre judíos y palestinos, en comparación con lo que viví después en Siria, eso fue apenas un reflejo de lo que es una guerra.
– Los argentinos vivimos en medio de conflictos sociales pero no en una guerra, ¿estamos muy lejos de poder imaginarla?
Sí, creo es muy difícil imaginarla, hay que vivirla. Yo creía que sabía qué era una guerra, pero la verdad es que estando ahí, adentro, recién se sabe lo que es una guerra. Y por eso uno empieza a valorar tantas cosas, de la vida diaria, cosas básicas que tenemos y no las vemos. Quizás pensamos en lo que nos falta y no en lo que ya tenemos. Allá un día de vida se valora. Se vive de manera intensa, tomando el real sentido de la vida. Hoy puede ser mi último día de la vida, ¿qué pasa después? Ese es el punto. A veces viviendo en forma entretenida, es una pregunta que no nos hacemos. En cierta medida, es una falta de madurez del hombre actual el no preguntarse seriamente por el porvenir. Después de la muerte, ¿qué? Y de acuerdo a eso debo pensar en mi vida hoy.
¿Tanto la comunidad católica como en la musulmana viven la guerra igual, sin que el credo los separe?
– El avance de los grupos fundamentalistas -que lamentablemente están apoyados desde afuera- significó la masacre de cristianos, en primer lugar, y después todo otro grupo religioso. Incluso musulmanes. El Islam que se vivía en Siria era moderado, con muy buena convivencia entre cristianos y musulmanes. Para estos fanáticos, el musulmán moderado es un traidor. Entonces, ciertamente lo están sufriendo y por eso hay tantas conversiones. Hay muchos musulmanes que dicen: “Si esto es el Islam, esto no quiero para mí”.
– ¿Cree que desde Salta se puede hacer algo?
Es una pregunta que hay que hacerse. A veces, lo que nos llega por los medios de comunicación internacionales, y digo las cadenas más importantes de información, es la noticia tergiversada. Todo esto se presenta como guerra civil. “El pueblo sirio levantado contra su gobierno”, y esto es una mentira desde al comienzo. Lo que se vive allí es una invasión desde afuera, no es el pueblo sirio. Entonces, también se manipula el tema de la ayuda. “¿Cómo ayudarlos? Los refugiados, recibir gente, sacar gente”. Y la solución no es sacar gente, la solución es basta de apoyar a los rebeldes, que es lo que pide la gente allá. La gente en Siria pide que no se apoye más a los rebeldes, que están destruyendo el país.
Creo que la primera forma de ayuda es rezar. Si sos cristiano te cortan la cabeza o te crucifican o te entierran vivo. Un cristiano, la verdad, no es que pida para comer, que necesitan ciertamente. Lo que más piden es la oración para mantenerse firmes en su fe. Eso lo podemos hacer todos: es gratis y muy fácil. Es lo que ellos están pidiendo. Entonces ayudémolos como ellos piden ser ayudados. Es muy importante que la verdad se conozca. Desde que empezó el conflicto creamos dos páginas de Facebook: SOS Cristianos en Siria y Amigos de Irak. Allí empezamos a publicar lo que veíamos, las noticias, para que se sepa lo que realmente está pasando.
Por supuesto que hay que pensar en ayudar a los refugiados, pero también hay que darse cuenta de que es un tema muy manoseado. Cuando se habla de los refugiados que van a Europa, no estamos hablando solo de los refugiados que se van de Siria e Irak. Se trata de gente que va de todos lados, que necesita un lugar mejor para vivir y ahí estamos hablando de otro tema. En Siria, la gente pide ser ayudada en su lugar de origen y que se diga la verdad. Se sienten usados por quienes están llevando adelante este conflicto.
– ¿Cómo describe Alepo?
Ahora que estuve en febrero, lloré mucho al ver la ciudad, las familias, las pérdidas. Es muy doloroso, pero por otra parte es bueno ver la fuerza del pueblo. Antes de la guerra, económicamente, estaban muy bien, pero de cierta manera viviendo en medio del materialismo y con una fe un poco superficial. Quizás al ser muy abiertos a Occidente se contagiaban de sus vicios. Materialmente hablando, estaban mucho mejor. Pero como personas se han fortalecido y maduraron en sus convicciones. El Verbo Encarnado tiene estudiantes universitarios que siguen sus estudios adelante sin la necesidad de recordarles que deben aprovechar el tiempo. Saben lo que vale un día de vida. Existe una violencia que creo no se ha visto nunca.
– Las mujeres, ¿cómo viven esta situación?
Alepo era una sociedad muy abierta. El Gobierno en Siria es laico, no islámico, por lo tanto, la mujer tenía un rol importante. En ese sentido, la mujer no ha padecido. Creo que lo que tenemos allá son mujeres muy valientes.

Hermana Guadalupe: “Dios tiene planes distintos a los nuestros”

Antes de la conferencia de prensa, en la provincia de Jujuy – Argentina, la Hermana Guadalupe habló a solas con Canal 4 y TodoJujuy.com. La invasión en Siria, su misión, el rol de los medios y por qué sonríe a pesar del dolor.
En su Villa Mercedes natal, (provincia de San Luis – Argentina) hasta los 18 años, nunca había sentido vocación por la vida religiosa. Ya estando en la universidad sintió el llamdo de Dios a la Vida Religiosa: “sentí que Dios me había llamado para esto, que me haría completamente feliz”. Por eso ingresó a la Familia Religiosa del Verbo Encarnado y al termino de sus estudios en el Convento “Santa Catalina” en San Rafael – Argentina a los 23 años, fue destinada a Medio Oriente, y ese fue el principio de una vida llena de entrega.
Estuvo en varios lugares encomendando su vida a servir a la comunidad y el penúltimo de esos destinos fue Egipto. Ahí, después de varios años y con la salud un poco deteriorada pidió el traslado a una ciudad tranquila, para descansar y recuperar sus fueras. El destino, la ciudad tan tranquila, era Alepo, en Siria, donde no había bombas ni tiros, y donde los cristianos y musulmanes vivían pacíficamente y con una buena relación.
“Ahí entendí que Dios tiene planes muy distintos a los nuestros”. A pesar de la guerra, de que quería un lugar más tranquilo, cuando se dio cuenta de que estaba ahí puesta por voluntad de Dios, eligió quedarse.
Cuenta Guadalupe que en Alepo, durante 4 años se escucharon tiroteos y bombardeos permanentemente, día y noche. Cuando tenían que salir se cuidaban y protegían entre ellas. Sin embargo, dice que no recuerda haber tenido miedo. “Hemos pasado situaciones muy duras, de ataques cercanos a nosotros, hemos tenido que asistir a los heridos, ver a la gente muerta; gente cercana a nuestra misión”.
Uno de esos casos fue el de una joven estudiante de su residencia que luego de un bombardeo, la encontró en la Iglesia, con un hierro clavado en la espalda. “Vivimos cosas muy fuertes y al ver cómo una puede sobrellevarlas comprobamos que Dios nos asiste de una manera muy especial. Humanamente no se entiende cómo se puede estar sereno en situaciones tan angustiantes”. En esa ocasión el misil cayó en la esquina de donde la Hermana Guadalupe vivía con otras Hermanas y las jóvenes universitarias y dejó 400 muertos.
Cuando se le consultó por su opinión cuando veía los diferentes medios de comunicación informando sobre la situación que ella vivía día a día, señaló que no se decía la verdad. “Es lamentable, los medios de comunicación más importantes a nivel mundial no han transmitido la verdad del conflicto. Se lo ha llamado guerra civil cuando es una invasión, el pueblo es víctima de este grupo terrorista”.
Para la Hermana Guadalupe se trata de una invasión planificada muy lejos del mismo de Siria, sobre un escritorio. “Uno piensa, cuánto odio, cuánta violencia. Sin embargo, hay mucho daño y mucha violencia sutil en personas que están de saco y corbata decidiendo los destinos de los pueblos, a costa de gente que muere todos los días”.
Los ataques continúan con muertos y heridos todos los días. Sin embargo, tienen fe. “Eso es lo que nos sostiene: saber que el mal no tiene la última palabra. Por eso uno no pierde la esperanza, no pierde la sonrisa a pesar del dolor”.

¿Qué está pasando en Siria?

Hermana Guadalupe
Es intolerable lo que está sucediendo en la escena internacional. Intolerable y vergonzoso. Se produce un ataque con armas químicas en Siria, y sin la debida investigación se toman represalias inmediatas contra quien “suponen” es el culpable, atacando una base militar siria donde mueren soldados, y mueren también civiles… ¿A eso llaman “justicia”? ¿Es posible que en pleno siglo XXI, en el que tanto se alardea del ejercicio de la democracia, se tomen decisiones impulsivas y unilaterales que acaban con la vida de más personas inocentes? ¿Qué podemos esperar de nuestras sociedades si quienes nos gobiernan nos enseñan que ante un daño se justifica el castigo sin juicio previo al supuesto culpable? Es el aliciente para que nos matemos unos a otros por simples sospechas… Es el triunfo de la barbarie…
No es la primera vez que se atribuye al ejército sirio el uso de armas químicas, y esto ya parece ser una “prueba”. Como si el número de repetidas sospechas provenientes siempre del mismo bando fuera la prueba definitiva de culpabilidad. ¿Eso se enseña en Derecho en nuestras Universidades??
Pero lamentablemente quienes vivimos este conflicto en Siria desde los comienzos, sabemos que la manipulación de la información ha sido el arma más poderosa. Las acusaciones contra el gobierno sirio se fundan en gran parte en la información proveniente de los mismos grupos rebeldes, como el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), que tiene su base de operaciones en Coventry, en Reino Unido, y que está compuesto por una sola persona… O videos realizados por partidarios de los grupos terroristas como al Qaeda (como se vio en la liberación de Alepo). O de los Cascos Blancos, que está probado que hacen videos montaje, y se los ha visto en ejecuciones de soldados del ejército sirio e incluso unidos a una turba que linchaba a los “cerdos” del ejército.
Ya nos ha mostrado la historia, que el “uso de armas químicas” es una acusación inconsistente inventada para justificar los propios intereses. Es la excusa ideal para convencer a la opinión pública. Sucedió en Irak. Y lo hemos visto también en Siria. Recuerdo cuando en el 2013 se acusó al ejército sirio de este tipo de ataques. Los observadores de la ONU llegados al país para la investigación del caso, ya traían en mano la sentencia de condena al gobierno sirio. Y finalmente no pudieron probarlo, pero igualmente confirmaron su culpabilidad

Nuestra gente en Siria está indignada, y una vez más se sienten decepcionados por el comportamiento de la comunidad internacional. Siguen sosteniendo que durante todos estos años, ha sido el ejército sirio su única defensa, frente a los ataques terroristas de los rebeldes que se cobran víctimas todos los días entre los civiles. Por otra parte, consideran ridículo el hecho de que en estos momentos, en que el ejército nacional apoyado por Rusia está recuperando el control de la ciudades, arriesgue su reputación con un golpe bajo.

Pero prestemos atención a toda la situación en su conjunto. Mientras USA perpetraba el ataque a la base militar Shayrat (Homs), el Estado Islámico atacaba posiciones del ejército sirio en la carretera que une Homs, Furqlus y Palmira. ¿Es esto una coincidencia? ¿No se parece demasiado a lo que realizó la administración anterior de Estados Unidos en setiembre de 2016 cuando atacó “por error” posiciones del ejército sirio en Deir al-Zur matando a 80 soldados, y permitiendo al Estado Islámico recuperar posiciones estratégicas en la zona?
Recemos por el pueblo sirio. Ellos ven con impotencia como destruyen su país y los peores terroristas que nunca se han visto, son apoyados por los poderosos de la tierra