Día de la Candelaria: porqué se visten Niños Dios

2 de febrero.

El nombre Candelaria es la rememoración de la Purificación de la Virgen y recuerda el momento en que María, junto con su hijo Jesús, se presenta en el templo llevando candelas (velas) y un par de pichones.

Las velas recuerdan las luces de Navidad y simbolizan las palabras de Simeón a José y María en Lucas 2:32 de que Jesús sería “la luz para revelación a los Gentiles y gloria del pueblo de Israel”.

Según Fray Bernardino de Sahagún, el 2 de febrero correspondía al inicio del primer día del primer mes del calendario mexica, llamado atlcahualo o quauitleoa. Acababan de pasar los “5 días nemontemi”, 120 horas de mal agüero en los que nadie osaba hacer algo, por temor a la suerte nefasta.

NOTA DE PUNTADAS DE FAMILIA
Esta costumbre tiene que ver con la Evangelización. Para los indígenas era más sencillo entender con imágenes y representaciones. Y el llevar el Niño Dios al templo, es una representación del acto que realizaron la Virgen y San José al presentar a Jesús en el templo. El pueblo mexica era muy religioso y pronto aprendió a alabar a Dios, sin perder su peculiar manera de hacerlo: entregandole todo e invitándolo a ser parte de cada acto en su vida.
El 6 de Enero, día de la Epifanía del Señor a los Reyes Magos, se celebra con una rosca de reyes, que recuerda que Jesús fué preservado de la muerte, escondiéndolo a Herodes, quien deseaba matarlo. En la rosca de Reyes, se esconden muñecos que representan a Jesús bebé y quien lo encuentra, representa a los reyes magos que inspirados por el Espíritu santo, encontraron al Mesías anunciado y lo escondieron de Heródes.

En el 2 de febrero  se vuelven a reunir los amigos y familiares y quien tuvo el honor de encontrar al niño en la Rosca de Reyes  se convierte en el padrino de “la levantada del Niño”, por lo que acude al templo a presentar al Niño Jesús en ropón de gala y deberá ofrecer a sus invitados los tradicionales tamales (el alimento prehispánico por excelencia), chocolate, “el alimento de los dioses” o atole (bebida de maíz o arroz) entre otros alimentos.

Los mexicas empleaban tamales como ofrendas y como parte de los ritos que llevaban a cabo a lo largo de los meses que integraban su año ritual, por ello son parte esencial en esta fecha y otras de celebración.

Se visten Niños Dios
Según la iglesia católica, la mejor forma de vestir la imagen del Niño Jesús es como a un niño, con una vestimenta blanca o de Cristo Rey, Jesús de Nazareno o Señor de la Misericordia, pero no vestirlo de santo “y mucho menos de futbolista”

Niños Dios en Coyoacán. Foto: Rafael G. CórdovaSólo en México se visten los niños Dios en el día de la Candelaria, costumbre que en realidad no se sabe exactamente cuándo se comenzó, pero según la tradición, los trajes van cambiando de acuerdo a su “edad” según tres etapas o años en los cuales pasa de ser bebé, niño y posteriormente un adulto.

Es por ello que se acostumbra que el primer año se vista de color blanco, de preferencia con un ropón o ropa de bebé y dos palomitas porque es el año en que lo bendicen; para el segundo año se viste de cualquier advocación del Niño Dios (como el Niño de las Palomas, el Niño de Praga, el Niño Mueve Corazones, Niño de Atocha, Niño de Plateros, Dulce nombre de Jesús, etc.) y para el tercer año, cuando ya es adulto se viste en alguna advocación de Jesús (Sagrado Corazón, Jesús de Nazareno, Señor de la Misericordia, etc.).

En la elección del vestido del Niño Dios influye el gusto o devoción de los padrinos o el contexto actual de la familia, con lo cual seleccionan atavíos de El Niño de la Abundancia, de la Fe y del Trabajo, Del Tesoro, etc, según sea su petición.

Vestido el Niño Dios, es llevado a la iglesia en la que en una misa solemne, es bendecido. De regreso a casa se guarda en un nicho, de donde será sacado en la próxima navidad para el arrullo al niño Dios.

En muchas familias, se acostumbra que a cada uno de los hijos se les da un niño Dios, mismo que será heredado por ellos a sus respectivos hijos, con lo que se constituye un lazo familiar entre generaciones por lo que su cuidado es muy importante. En este punto radica la importancia de los artesanos que se especializan en reparar y restaurar Niños Dios, proceso después del cual, hay quien asegura que su Niño se ve más “sonriente” porque está contento de haber sido atendido y curado.

Según la costumbre, el primer año que se lleva el niño a bendecir se coloca en una canasta con flores. Para el segundo año, se le presenta sentado en un trono. Para el tercer año y subsecuentes, se le lleva de pie.

Las velas bendecidas el día de la Candelaria no se destinan al consumo ordinario, sino que se reservan para usos exclusivamente religiosos, dado que se trata de sacramentales. Si se consumen, la cera sobrante ha de enterrarse, no tirarse. Son muy eficaces en tiempo de tormenta eléctrica y tempestades de mar y tierra, ahuyentando los peligros del rayo y otras desgracias. Entonces se recita la letanía “A fúlgure et tempestate, líbera nos, Dómine” (Del rayo y de la tempestad, líbranos Señor) y se invoca a la Santísima Virgen como la Auxilium Christianorum (Auxiliadora de los Cristianos).

Otro empleo de las candelas bendecidas es cuando la mujer se pone de parto para que éste tenga buen término. También se encienden si hay un enfermo grave en casa o un moribundo o agonizante. Ello se hace para que la vela, símbolo de Jesucristo, lo guíe en el viaje definitivo, cuando el Señor, como a Simeón, “deje marchar a su siervo en paz”. En fin, se cree también que este sacramental será muy eficaz contra los tiempos de tinieblas y tribulación anunciados para el fin de los Tiempos.

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Es en esta fecha que se levanta el nacimiento y se guardan las figurillas hasta el fin de año.