Abril 25
Martirologio Romano: En el rancho de San Joaquín, Jalisco, México, beatos José Trinidad Rangel Montaño, presbítero, Andrés Solá y Molist, presbítero y Leonardo Pérez Larios, laico, todos ellos mártires. († 1927)
El sacerdote cristero que daba misa en una librería
El presbítero vivió escondido en una librería donde daba misa y también se convirtió el lugar donde fue capturado para ser fusilado en camino a Lagos de Moreno
Irapuato
Su nombre fue José Trinidad Rangel, era un joven humilde originario de un rancho en Dolores Hidalgo conocido como “El Durazno”. Su familia tenía tan poco dinero que estuvo a punto de no entrar al seminario, pero finalmente lo logró y no solo eso, sino más, el Vaticano lo convirtió en un beato.
De acuerdo a archivos de la Iglesia en Roma, su sueño era ser sacerdote, pero la escasez económica de su familia lo obligó a postergar su ingreso. Finalmente entró al seminario a sus 20 años en 1909 como alumno gratuito, 10 años después se convirtió en sacerdote.
En ese entonces el estado vivía un momento histórico que más adelante definiría el carácter religioso y conservador de toda la sociedad guanajuatense: la Guerra Cristera. Este evento sería además el que le ganaría la beatificación al dolorense José Trinidad
En 1922 llegó a hacerse cargo de la parroquia de Jaripitío y del templo Santa María de Guadalupe en Irapuato, donde celebró 43 matrimonios y 197 bautizos.
Daba misa en una librería
Debido a la persecución religiosa y la prohibición de celebrar misa tuvo que vivir escondido. En San Francisco del Rincón se ocultó de las autoridades y terminó dando misa en una librería en donde vivía y donde finalmente fue atrapado.
El viernes 24 de abril de 1927 fue detenido junto con más religiosos. Los subieron a un camión recolector de basura y se los llevaron asegurándoles que iban a juzgarlos y trasladarlos a Lagos de Moreno, Jalisco, pero no fue así.
Su vida acabó en el kilómetro 491. El vehículo en el que iban se detuvo, las fuerzas federales les exigieron que se bajaran y los alinearon. Lo que siguió fue un fusilamiento. Desde entonces son conocidos como Los Mártires de San Joaquín (el nombre del rancho a la altura de ese tramo).
Con el paso de los años su memoria quedó guardada en los documentos del Archivo Histórico de Irapuato hasta que la historia de José Trinidad resurgió casi 100 años después. En 2015 fue beatificado por haber perdido la vida durante la persecución religiosa.