Calaveras literarias











Historia
Antiguamente conocidos como panteones, estos versos nacieron en el siglo XIX a modo de epitafio burlesco y como modo de expresar ideas o sentimientos que en otras oportunidades sería difícil decir.3 2 Fueron frecuentemente censurados o destruidos por la policía en la época colonial, ya que, por lo dicho anteriormente, también servían como medio para expresar descontento con los políticos de la época.3 2

Las primeras calaveras impresas fueron publicadas en 1849, en el periódico El Socialista, de Guadalajara.2

Los dibujos que suelen acompañar los versos son conocidos con el nombre de La Catrina o Calavera Garbancera , figura creada por José Guadalupe Posada y bautizada por el muralista Diego Rivera.

Características

Son versos irreverentes, escritos a modo de epitafios, retratando a las personas como si estuvieran muertas.
Se utilizan para canalizar sentimientos que en otro contexto sería difícil expresar.
Suelen acompañarse de dibujos de calaveras.

Gerardo Murillo —cuyo alias es Dr. Atl— en su libro Las artes populares en México describe la calavera como de «intención aguda, eminentemente popular, que tiene su fuerza y su eficacia en el arte de decir».

A modo de ejemplo de su uso prístino puede citarse la calavera escrita por José Guadalupe Posada, llamada Revumbio de calaveras:1

Quien quiera gozar de veras/ y divertirse un ratón,/ venga con las calaveras/ a gozar en el panteón.// Literatos distinguidos/ en la hediondez encontré/ en gusanos confundidos,/ sin ellos saber porqué.// Y en gran tropel apiñados/ Los vendedores corrían/ contentos y entusiasmados/ por el negocio que hacían.// Cereros de sacristía/ que roban la cera al rato,/ que con mucha sangre fría/ se echan el sufragio al plato.

En Calaveras de las elecciones presidenciales, escrita por Vanegas Arroyo en 1919 vemos una connotación más política:1

Yo os propongo al nunca bien/ ponderado y grande mico,/ ilustre Chónforo Vico,/ escapado de Belén.// Prófugo de las Marías,/ gran maestro en la ganzúa,/ instruido en San Juan de Ulúa/ y en la Penitenciaría.// Sabe abrir las cajas fuertes/ y extraer una cartera./ Ha sido gran calavera/ y debe catorce muertes.// Elegid pues pueblo amado/ sin dudar y a tapahocico/ al muy ilustre y nombrado/ y noble Chónforo Vico.// Después de discursos tales/ llenos de frases sinceras/ se fueron las calaveras/ a las urnas sepulcrales.// Salió electo presidente/ por su real y hermoso pico/ el notable, el prominente,/ ilustre Chónforo Vico.