13 DE SEPTIEMBRE 1847: ¡MURIERON POR LA PATRIA LOS NIÑOS HÉROES!






SÍ EXISTIERON LOS NIÑOS HÉROES DE CHAPULTEPEC (Y EL SÉPTIMO NIÑO HÉROE)



Monumento a los Niños Héroes de Chapultepec.
por Pablo Ramos

En la historiografía Mexicana, cada 13 de septiembre México recuerda el ejemplo llevado a cabo por estudiantes del heroico Colegio Militar en la Ciudad de México, en el año de 1847; sus estudiantes casi niños de 14 años a 17 años de edad, defendieron su escuela del ejercito de ocupación norteamericano que había invadido a México desde mayo de 1846, ocurriendo varias batallas hasta llegar a la Capital de la República Mexicana. Los hechos heroicos de los cadetes y hasta su existencia, en años anteriores, se habían puesto en duda, pero el archivo histórico de la Secretaria de la Defensa Nacional cuenta en sus bóvedas con los expedientes de estos heroicos estudiantes, símbolo de valor y entrega y amor por su país, como ocurrió en Monterrey meses antes de la Batalla de Monterrey de 1846 cuando en julio los estudiantes del Seminario de Monterrey, entre ellos Simón de la Garza Melo e Indalecio Vidaurri y mas de 40 jóvenes estudiantes, solicitaron a su superior autorización para tomar las armas y defender la Ciudad. La petición fue aceptada. Esta historia es poco conocida.



Pero la tragedia de los niños héroes de Chapultepec del 13 de Septiembre de 1847 fue reseñada en periódicos de la época como el PERIÓDICO SIGLO DIEZ Y NUEVE que narra el discurso pronunciado por un CADETE del Colegio Militar en Septiembre de 1849, es decir apenas dos años después de ocurridos los hechos, donde se les señala nominalmente a cada uno de ellos

En Nuevo León, la Batalla de Monterrey ocurrió un año antes, es decir en 1846, y esa ciudad fue defendida de manera heroica durante los tres días que duraron los combates, ocurriendo infinidad de hechos heroicos y de verdadero patriotismo. Ahí defendieron la ciudad los militares, los ciudadanos y las mujeres como María de Jesús Dosamantes y María Josefa Zozaya, entre otros; falta conocer más sobre los 40 seminaristas de Monterrey que defendieron su ciudad. ¿Serían acaso los Niños Héroes Regiomontanos?.

Fuente: labatallademonterrey1846.blogspot.mx



13 DE SEPTIEMBRE: LOS NIÑOS HÉROES




Por: Oscar Méndez Cervantes

Antes de ahora, más de una vez, hemos hablado del formidable dinamismo que vive en los símbolos. Si algo hay humano, llegamos a afirmar, ello será el símbolo. No es extraño que esa humanísima etapa histórica que fue la Edad Media –“enorme y delicada”, según sentencia memorable- haya vivido transida de simbolismo hasta la médula. He ahí el excelso por qué de la heráldica, que ahora sólo logra de las muchedumbres deshumanizadas una sonrisa de estulto desprecio. Ese gesto viene a ser, puntualmente, por paradoja, también un símbolo: pero de pobreza espiritual: HOMBRE SIN AMOR A LOS SÍMBOLOS, ES HOMBRE INFERIOR.

Nos son tan necesarios, llegan a ser amados de nosotros por tal manera, que cuando los símbolos se han incorporado a sí la subyugadora excelencia de los valores más altos, somos capaces de entregarles la vida. PREFERIMOS SALVAR LA ESENCIA QUE EN ELLOS VIVE, A LA PROPIA EXISTENCIA.

El arriesgar ésta, fue una exquisita flor espontánea de los tiempos caballerescos, en el empeño de mantener invicta la energía significativa de un blasón de un escudo de armas, en cuanto ello era equivalente a romper lanzas por lo que, en símbolo, cifra la virtud, la tradición de una estirpe. Y esa misma entrañable estimativa de los símbolos resuelve el enigma o locura que para el sin patria viene a ser el sacrificio del Héroe Niño de Chapultepec, en aras del culto a la bandera. Un rasgo tal, carece de sentido si se ignora el más noble sillar que estructura el edificio psicológico de un héroe: el amor a ese supremo valor que es la Patria, con todo el tesoro tradicional que en ella acumularon los antepasados para nosotros y para nuestros hijos.

Esa fuerza de los símbolos es pues, la que estremece, batalladora y poderosa, la figura y el episodio de los Niños héroes: 

“¡El carro de la muerte!...
¡Cómo sonaba en los caminos fríos
de la tarde, la concha de tortuga
del monstruo!

Sonido de materia triunfadora
sin el más leve toque de la Gracia
ni el más leve reflejo del Espíritu.

Sonido de dinero
en la desmesurada
escarcela sin fondo de algún cíclope…

……………………………………….

Frente al carro de la muerte,
un soldado –mexicano-
quieto, aguardándolo, está.
Dieciséis años tendría,
dieciséis años no más.

Es rubio como una espiga
a punto de madurar.
Tiene una sonrisa clara
y alegre como la paz.
Sano es como la amapola
y puro como un San Juan.

El carro es todo materia,
él es todo idealidad:
San Jorge frente al Dragón,
San Miguel frente a Satán.

El carro es todo poder,
él todo fragilidad:
el Niño frente a la Bestia
como en un cuento oriental..”



El Niño sucumbió entonces, 13 de septiembre de 1847, en holocausto perfecto. Pero su propio simbolismo y su bandera –“Religión, Unión, Independencia”- cobraron plenitud de vida. Su sangre lavó el honor de esta tierra, la fecundó, y transfundióse a las venas de los que de ella hemos nacido. A partir de Melgar, Escutia o Suárez, en México todo joven en el que vibra la autenticidad militante de la mocedad, a pesar de cuantos infortunios nos ha deparado la historia, lleva inscrita en su corazón, como mote heráldico, la excelsitud de esta fórmula:

“LA JUVENTUD NO SE HA HECHO PARA EL PLACER, SINO PARA EL HEROÍSMO”.

Por eso, a la postre, México será salvo.

Nota: Son conocidos como Niños Héroes 6 de los 50 cadetes militares mexicanos[1] a que participaron en la Batalla de Chapultepec de la Guerra de Intervención Norteamericana que tenían entre 13 y 20 años de edad y fallecieron defendiendo el Castillo de Chapultepec del ejército estadounidense que invadía México, el 13 de septiembre de 1847. Su heroicidad se debe a que defendieron con las armas la entonces sede del Colegio Militar del Ejército Mexicano, entonces denominado "Ejército Nacional", cuando no era estrictamente su obligación hacerlo.
Fuentes históricas actuales reconocen que tradicionalmente, desde el siglo XIX la historia oficial mexicana reconoce y homenajea a Juan de la Barrera, Juan Escutia,Francisco Márquez, Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca y Vicente Suárez.

LOS NIÑOS HÉROES: UNA GESTA DE PATRIOTISMO
LOS SÍMBOLOS (A PROPÓSITO DE LOS NIÑOS HÉROES)
LOS NIÑOS MÁRTIRES DE CHAPULTEPEC